jueves, 19 de mayo de 2016

CINE: THE WITCH (2016)


En la Nueva Inglaterra de 1630, una familia cristiana que ha sido expulsada de su colonia comienza a vivir en una cabaña junto a un bosque; según cuentan, el lugar está habitado por el diablo.
Cuando el hijo recién nacido desaparece, se desencadenan una serie de acontecimientos que les hará cuestionarse si entre sus miembros hay alguien conchabado con Satán.

El cine independiente nos sigue obsequiando películas que se salen de los patrones habituales del género, producciones que buscan una mirada diferente, un nuevo enfoque. La pregunta es si en algunos casos estamos ante obras que marcan un antes y un después en el terror, o si simplemente son modas pasajeras, hitos que desaparecen cuando llega el siguiente “último grito”.
Estos últimos años hemos tenido unos cuantos ejemplos de “clásicos instantáneos”, como Tu eres el siguiente (2011), The Babadock (2014), It Follows (2015) o ahora The Witch (2015).

Sin querer quitar mérito a ninguna de estas propuestas, y dando por sentado que tiene sus defectos, pienso que la única que funciona de principio a fin, la única que sabe adonde se dirige, es It Follows. Sinceramente ¿Cuántos de nosotros nos sentimos decepcionados con el final de The Babadock? La crítica especializada la ensalzó, a mi modo de ver de forma exagerada, y el público que acudió entusiasmado a ver una película de terror al uso, con sus sustos, personajes planos y trama lineal, se llevó un chasco.

 Se dijo que de miedo no tenía nada, que si lenta, que si patatín, patatan. Para gustos colores, pero si queréis mi opinión -y aunque me parece un film con muchos puntos a favor- dentro de unos años pocos dirán que The Babadock es una de sus pelis favoritas de terror... o quizás me equivoque. 


En cierto modo le ocurre algo parecido a The Witch. Premio en Sundance y Sitges, avalada por la crítica, obra maestra, etc. A veces da la sensación de que muchos de los que escriben sobre una película de terror tienen un alto grado de desconocimiento de lo que se hace actualmente en el género. Quizás no sepan que el cine independiente de terror lleva ya varios años regalándonos obras diferentes y arriesgadas, con menos nombre, pero igual de meritorias o más que las que llegan a estrenarse en salas o ganan premios. Ahí están Tucker y Dale vs Evil (2010), Here comes the Devil (2012), Found (2012), The Pact (2012),  Landmine goes click (2015) y un largo etcétera.

Por ese motivo, los que estamos –mal- acostumbrados a encontrar propuestas diferentes en el cine de género más marginal,  vamos a ver películas como The Witch con cierta precaución. En mi caso me dejé llevar por la magnífica ambientación y la excelente fotografía; también me sedujo la gran labor de todo el reparto, esa primera media hora llena de momentos tremendos y un par de escenas realmente aterradoras; eso sí, una de ellas claramente inspirada en El resplandor (1980).

Como ocurría con The Babadock, el film de Robert Eggers –un gran debut- juega a la ambigüedad y plantea múltiples lecturas muy interesantes; el problema es que crea unas expectativas –casi- imposibles de cumplir, y el desenlace me dejó igual de frío que el film de Jennifer Kent.
Y es que en el último tercio de película parece que Eggers no sepa desenredar la madeja de situaciones planteadas a lo largo del metraje, optando en última instancia por un camino fácil –que intenta impactar sin conseguirlo- y tan obvio que sales del cine preguntándote que es lo que quería contarnos el director, si una película de terror, una crítica a la religión, un estudio del alma humana, todo eso a la vez, o, simplemente nada de nada.

The Witch me pareció una buena película de terror, y a pesar de lo dicho la recomiendo; tiene suficientes virtudes como para no desecharla solo porque a mi no me gustó el desenlace; pero advierto, esto es cine independiente, y puede que no sea del agrado de fans de Insidious o similares.