viernes, 26 de diciembre de 2014

Las 10 mejores películas de terror de 2014



Este ha sido un buen año para el cine de terror, sobretodo a nivel independiente. Las productoras de Hollywood nos han vendido más de lo mismo, esto es, cansinas secuelas o spin-offs de éxitos de años anteriores. Hay está Annabelle, La matanza de texas 3d, The purge: Anarchy(tiene un pase) o Paranormal activity: los señalados. ¿Es posible que la mejor secuela del año en USA fuera Sharknado 2? ¿Por qué no? Es casi tan divertida como la primera.
Afortunadamente el cine de bajo presupuesto y otras cinematografías como la canadiense nos han atrapado con un buen racimo de historias escalofriantes, si bien yo personalmente no diría que hay entre ellas una obra mayúscula.
He seleccionado diez, pero podían haber sido algunas más. 
No he contado películas de ciencia-ficción con elementos terroríficos (Coherence, Under the skin), ni dramas turbios, extraños o violentos (la estupenda Proxy o la perversa Cheap Thrills). Tampoco he incluido cintas que aunque se han estrenado este año (Byzantium, Found) son de fecha de producción de 2012.


10.TRECE PECADOS
Este film ha pasado de puntillas por donde ha ido, pero me parece un thriller de terror más que sugerente. Se le puede achacar su estilo Saw, pero la historia genera un inusitado interés que la desmarca de otras imitaciones.
Un hombre necesitado de dinero entra en un macabro juego en el que tendrá que ir cumpliendo unas misiones aparentemente absurdas, cada vez más macabras y desconcertantes. 
El director de El último exorcismo copia muy bien de aquella a la hora de construir al personaje principal. Si allí teníamos a un cura chulo y tramposo que nos dejaba con la boca abierta, aquí congeniamos con un tipo sencillo e introvertido que se ve envuelto en un lío que no tiene vuelta atrás, y gracias a él el relato te mantiene en vilo. 

Stamm también introduce un agradecido sentido del humor, con el que consigue situaciones bastante particulares. Y encima el desenlace no resulta una tomadura de pelo, saltándose las normas de productos macabros similares.
No es Seven, pero se puede recomendar a los fans de cualquier tipo de thriller.


9.WER
Otra producción más rodada al estilo cámara en mano. Estamos ante otro giro a las películas de un monstruo clásico, en este caso los hombres lobo. Se trata de colocar a un hombre lobo rural en medio de la ciudad y ver como salen las cosas.
El resultado es caos, muerte y destrucción, nada nuevo, pero todo está bien contado y no te deja ni un respiro, haciendo que los agujeros del guión no se noten mucho. No es de las mejores pelis de nuestros peludos amigos, pero sí que es la más aceptable que se ha rodado sobre el tema en años. Ideal para ver en una sesión Grindhouse con The Afflicted, que es lo mismo pero con vampiros.

8. DEAD SNOW 2 
Mejor que su predecesora, en parte gracias a las tablas que Wirkola ha adquirido desde entonces. Dead snow 2 es más grande y más loca, tiene más gore y acción, pero también es un producto más compacto que la primera parte. La historia es demencial, pero si entras en el juego te das cuenta de que los engranajes construidos por su director funcionan a las mil maravillas.
Hay buen ritmo, situaciones bastante creativas e hilarantes y mucha mala idea. Para ver con unos cuantos amigos y pasar un rato muy divertido. Ah, y el final me pareció de diez.



7.LIBRANOS DEL MAL 
Scott Derrickson cierra su trilogía sobre el diablo con el film más flojo de los tres. Era complicado que volviese a estar a la altura de la estupenda El exorcismo de Emily Rose, pero aún más difícil era superar el mal rollo que contienen muchas de las imágenes de Sinister.
Libranos del mal se queda un poco a medias, ya que intenta moverse entre las aguas del policiaco, el terror y la historia basada en hechos reales, y no termina de cuajar en ninguna.

Pero a pesar de esto la película es honesta con lo que cuenta, tiene a dos muy buenos actores al frente y Derrickson vuelve a dejarnos pegados a la butaca en más de una secuencia.
Solo la primera media hora ya justifica su visionado, especialmente en esa escena que tiene como marco un zoológico de noche. Chapeau.

 
6.THE BABADOOK 
Suele ocurrir. Una producción australiana que llega auspiciada por crítica y público, y patatín, patatán.
 Y empieza la película y te dices, joer, esto va a ser un peliculón del quince. Y pasan los minutos y su director te pone los pelos de punta en un par de momentos, y los actores están estupendos, y hay varias dobles lecturas sobre lo que ocurre, todo muy freudiano, psicológico-sexual y tal. Pero ay, a medida que avanza, también empiezas a tener la sensación de que la cosa no va más allá, de que el terror se va a convertir en cuento, y que el cuento te va a dejar un sabor agridulce.

Y así ocurre cuando llega el final, y no sabes muy bien si aplaudir o –como decía Stephen King tras ver el final de Los chicos del maíz- encogerte en tu asiento y dejarte caer palomitas encima de la cabeza.


5.THE POSSESSIÓN OF MICHAEL KING
La premisa no parecía augurar nada bueno. Mezcla de Found footage y trama de posesiones, bajo presupuesto y actores desconocidos. Todo sonaba a explotation de la saga de los Paranormaloides, pero sorpresa, sorpresa, nos encontramos con un producto muy apañado y entretenido.
El personaje interpretado con fina ironía por Shane Johnson dota a la historia de un interés que no suelen tener este tipo de películas.

 La buena interpretación del actor hace que nos creamos los problemas por los que atraviesa este descreído, que se meterá en mil asuntos para intentar demostrar que el mundo de lo demoníaco es un bluff; naturalmente, acabará descubriendo -o no- que todo es más complicado de lo que parece.
Inquietante y resultona.


4.SHOCK VALUE
Otra encomiable producción rodada con cuatro duros en EEUU, y muy poco conocida por estos pastos. Un director de cine de series B chantajea a un psicópata para que sea el protagonista de su próximo despropósito.
Hay sátira, hay un humor muy negro, y algunas escenas violentas, pero donde marca la diferencia este film es en la interpretación de Anthony Bravo como asesino metido a actor, todo un descubrimiento.
 También se agradece que el guión no tire de lugares comunes y que la trama tenga los suficientes giros para mantenerte enganchado.
Muy digna y uno de los más gratos descubrimientos de este año.


3.SOLO LOS AMANTES SOBREVIVEN
Jim Jarmusch es un director muy personal, con un sello autoral propio que lo diferencia dentro del cine independiente. Sus películas suelen ser pausadas, a veces lentas, para los habituados a productos comerciales simplemente aburridas. Puede contarte un Western, una de samuráis o como en el caso de esta, una de vampiros, pero su estilo siempre está presente, y si no te gusta, búscate otra peli. 
Solo los amantes... es una nueva visión acerca del vampirismo, cercana a la decadencia de Entrevista con el vampiro, pero más urbana que aquella, lo que le da una mayor sensación de realismo. La novedad radica en que vemos vampiros cansados de la vida eterna, hastiados, aburridos, deprimidos por la sabiduría que los ha vuelto políticamente correctos. 

El ritmo de Jarmusch se ajusta al guión y el argumento engancha durante la primera parte del film, gracias a una soberbia fotografía, a un plantel de actores excepcional y a un sutil sentido del humor que incluye referencias literarias muy ingeniosas.

En la segunda parte del film da la sensación de que no nos quieren contar mucho más, y cuando la trama se complica –muy levemente, no hay apenas mordiscos-, lo hace por lugares que ya hemos visitado antes, cayendo en lo previsible hasta la parte final; ahí Jarmusch cierra su película de forma elegante.
Solo los amantes... puede ser irregular, sí, y lenta, pero es aconsejable para los amantes del buen cine de vampiros.
  

2.BENEATH
Uno de los temas recurrentes del último cine de género (y del otro también) es el de tratar de confundir al espectador para que no sepa si lo que el personaje está viviendo es real o una creación de su mente. Son ya demasiadas las películas que se apuntan a este juego, y aunque casi siempre resulta una premisa atractiva, si no funciona puede ocurrir que a la media hora de metraje estés deseando que acabe el suplicio.
En ese aspecto Beneath aprueba con holgura, ya que une el relato psicológico con una experiencia asfixiante de unos mineros que se quedan atrapados en una mina con muy poco oxigeno. A esto se suma la sensación de que no están solos allí abajo. 

Buen reparto entre los que sobresalen Kelly Noonan y Jeff Fahey, y lo mejor de todo, una sobresaliente ambientación que nos sumerge en el interior de una mina como pocas veces antes hemos visto.

No es mejor que The Descent, pero sí que pueden compartir una excelente sesión doble de angustia bajo tierra.



1.OCULUS
Puede parecer sorprendente que anteponga este título a otros con mayor pedigrí como The Babadook, pero es que realmente Oculus me parece una película que exprime a fondo todas sus virtudes, que no son pocas. Una obra que alberga varias capas de lectura, que cuenta con secuencias inquietantes y que obliga al espectador a no perderse un detalle. Lo que podría parecer la típica historia de espejo maldito se convierte en una acertada vuelta de tuerca a los films de... no lo digo para no destripar la sorpresa, porque hay que decir que hay momentos en los que no sabes realmente qué tipo de película estás viendo.
Un notable para Flanagan, que a nivel técnico consigue imágenes y planos muy potentes sin caer en tópicos y sustos fáciles.

Si hay que ponerle alguna pega es que te puedes perder en la trama y quizás te cueste encontrarte. Quizás haga falta más de un visionado para saber si lo que nos ha tratado de vender Flanagan es oro o una baratija; a mi esta primera vez me ha dejado una sensación parecida a la que tuve al ver Triangle, ese diabólico bucle de celuloide que parece trascender lo fílmico para adquirir una entidad narrativa propia.
 
No tengo duda de que tendré que acercarme a este espejo en alguna ocasión más para saber si me equivoco o no, pero me llevaré una botella de agua y una manzana, por si acaso.
Por otro lado me llama la atención la poca repercusión de un film como este, que le da unas cuantas vueltas a casi todas las pelis festivaleras vistas este año por nuestra península.


Con la cantidad de propuestas que hemos podido disfrutar este año, podría haber escrito otra lista con otros tantos títulos merecedores de incluirse en esta. Vayamos con una pocas más: tenemos la salvajemente entretenida Wolf Creek 2, a la que lo único  que habría que objetarle es que nuestro querido psicópata australiano ya empieza a parecerse a Freddy Krueger.

 Lo último de sobrevaloradisimo Ti West, The Sacrament, merece al menos una mención, ya que sin ser una joya, es su mejor film de largo, el más acorde a su “particular”-por llamarlo algo- estilo.
 También se produjeron algunos esperados retornos, con resultados algo decepcionantes. Son los casos de Rec 4, de Balagueró, Au yeux des vivants de Maury y Bustillo, y  All Cheerleaders die, de Lucky Mckee. Las tres bien dirigidas y nada desdeñables, pero con guiones que no terminan de funcionar y que te dejan con ganas de más, o en el caso de Rec, de un poco menos de acción y de más terror. 

Destacar la frescura y originalidad de Afflicted, algunos números musicales de la desigual pero diferente Stage Fright (que nadie se pierda la canción de los títulos de crédito finales) o las convincentes interpretaciones de la poco conocida pero estimulante Honeymoon. Oh, y me olvidé de Horns, lo último de Aja, que a pesar de su irregularidad es un producto atrevido y al menos diferente.
En resumen, un gran año con infinidad de terrores más que decentes.
 
 Honeymoon

 Stage fright

 Horns

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